La mano de Amberes
Previo desayuno, con la holandesa en el volante y la alemana en el asiento de atrás, partimos hacia esa ciudad de la cual no podía ni pronunciar y ya había resignado todo esfuerzo geográfico para entender cuál era. Me explicaban sobre un gigante que arrojaba la mano de aquellos que no pagaban el peaje en tiempos medievales, pero no había caso.
Durante la perfecta autopista, rodeaba por enormes molinos, a los cuales Quijote hubiera deseado darles batalla, recordábamos aquellos tiempos de estudiantes. No había que preocuparse por mapas, ya que el camino era una línea recta y sólo bastaba esperar el cartel en donde nos despedíamos de las tierras bajas para entrar en las belgas.
Estacionamos frente a un castillo y una muralla. Comenzamos a caminar y como suele suceder en Europa llegamos a la plaza central, sin poder evitarlo nos enfrentamos al célebre gigante. Fotos con una ahí, y la otra posando allá, como suelen ser las postales de un viajero, hasta que la nieve nos empujó a buscar un refugio: la catedral.
Típico lugar turístico, sin querer pagar entrada, decidimos mirar todo lo que nos permitió el guarda desde la puerta y nos fuimos a ver los souvernirs. En su afán por vender más libros que nadie, estos religiosos habían traducido Antwerpen, ubicándome en el mapa: estaba en Amberes.
Con sólo los ojos destapados salimos a recorrer las callecitas. El frío era cada vez más intenso, pero no importó ya que había una parada obligada para un café más adelante. Encontramos la peatonal de la ciudad, escoltada por los mejores negocios de diamantes, pero lo que nos fijó la vista fue una mano. En el medio de una avenida repleta de personas que volvían apuradas por el viento a sus casas, estaba la mano que el gigante había tirado. Inmediatamente surgió la acción típica del turista, la foto. Entre risas y miradas de reojo del habitante belga, no pudimos evitar treparnos cual niñas: la habíamos encontrado!
Labels: Belgica
1 Comments:
es muy largo para leerlo todo pero...
anduve por europa y estuve de paso en antwerpen, por lo que vi linda ciudad.
adios.
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